…ella es como el agua del río, fresca, libre y en constante movimiento,
la otra es como el fuego, capaz de quemar la savia del más noble árbol.
Ambas están cerca y lejos,
se aman y se odian,
es una relación extraña y mortífera
porque cuando ya no existan distancias,
el fuego evaporará el agua que habita en su ser”.